¿Por qué no me gustan los e-books?

Uno de los mayores debates en estos tiempos ha sido la repentina revolución digital de nuestra cultura que ha irrumpido en un sector que se había mantenido casi estático desde hace cinco siglos. Con la excepción de algunas mejoras en el diseño, tipos de papel y tipografía de letras, el libro se había mantenido como una estructura básicamente igual desde los tiempos de Guttenberg, con tan escasas variaciones que se trata de un objeto fácilmente identificable, lo mismo si fue impreso en el siglo XV que en el XXI. Ahora, la revolución digital ha traído un concepto nuevo en el diseño y manipulación del libro: una pantalla del tamaño de una hoja de papel, capaz de almacenar en su interior una biblioteca completa: el e-book o e-reader.

Dicho así, de pronto, la idea resulta maravillosa. Es el sueño de cualquier lector obsesivo como yo. ¿Cuántas veces no tenemos que revisar nuestros libreros para deshacernos de los libros que leímos una vez y que ya no nos interesan, para dejar espacio a aquellos que atesoramos y de los cuales no queremos desprendernos? Almacenar miles de libros en un objeto que pesa unas onzas es algo que solo pudieron soñar los escritores de ciencia ficción.

El único problema del e-book es… que no es un libro. Al menos, como yo lo entiendo. Para empezar, uno no puede marcar, subrayar o comentar a gusto en los márgenes, usando lápices o plumas de colores. Por otro lado, cuesta mucho trabajo llegar a una página específica. Suelo tener una memoria eidética en lo que concierne a letras, y recuerdo muy bien por dónde estaba algo que leí y quiero repasar. Pero con el e-book, las páginas virtuales no funcionan igual que con un libro común. Se demoran mucho en pasar y no es posible manipularlo del mismo modo que un libro, en el que uno puede saltar de la página 300 a la 15 con apenas un leve gesto de los dedos. Con el e-book tampoco es posible tener varios libros abiertos a la vez mientras se hacen cotejos de datos para una investigación. Por cierto, hay estudios que demuestran que la nueva generación que se apoya demasiado en las búsquedas digitales, ya sea por Internet o usando e-books, está perdiendo conexiones neuronales que son necesarias para la memoria y la concentración.

Pero lo peor no es eso. No tengo dudas de que la mayoría de ustedes conservan libros que los han acompañado desde hace muchos años, posiblemente desde la infancia. Tal vez incluso tengan algunos que fueron de sus padres y de sus abuelos, como es mi caso. Varios de mis libros conservan la firma o las anotaciones al margen que hiciera mi madre, ya fallecida; otros muestran los apuntes que yo misma hice en ellos cuando era niña o adolescente… En mi biblioteca hay libros que tienen casi un siglo. ¿Alguien puede creer que, en este mundo donde cada año el mercado lanza nuevos equipos que obligan a desechar los viejos, alguien podrá conservar un e-book lleno de apuntes y marcas por más de cinco años? Lo dudo. Un e-book es un objeto efímero. Un libro es para siempre.

Un e-book es un objeto efímero. Un libro es para siempre

No sé si el libro de papel desaparecerá pronto o algún día. O si permanecerá como una opción diferente de lectura. No sé tampoco si alguna vez me decidiré a comprar un iPad, aunque sólo sea para cargar con varios libros durante un viaje. Pero espero morir teniendo, como ahora, una biblioteca donde pueda hallar cualquiera de mis libros, de una sola ojeada, sin tener que encender un equipo electrónico. Tal vez sean manías personales, pero mientras escribo me gusta tener cerca los libros que han pasado por las manos de mis padres, de mis abuelos y de la adolescente soñadora que fui en otra época. Es reconfortante tener frente a mí las historias que he aprendido a amar a lo largo de mi vida y que me recuerdan, con solo repasar los títulos y los nombres de sus autores, que estoy en la mejor compañía del mundo.

41 comentarios

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41 Respuestas a “¿Por qué no me gustan los e-books?

  1. Yo acabo de sostener una discusión parecida con un entusiasta de los libros electrónicos y de esgrimir argumentos similares a los tuyos: un libro electrónico es una monstruosidad de la técnica, nada más.

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  2. Abraham

    dices «El único problema del e-book es… que no es un libro. Al menos, como yo lo entiendo» pues con la «Asus Eee Note» se puede marcar, comentar, llegar a la página rápida que deseas, entre otras cosas, yo disfruto mucho de mi e-reader.

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  3. Maria Silvia

    De acuerdo contigo Daina, no se si sera un problema generacional , hay libros que recuerdo tambien por el olor de sus paginas, por la textura de una caratula, y encontrar un libro preciado en una biblioteca olvidada tenia la complicidada del descubrimiento de un tesoro, algo propio que el azar quiso fueras tu quien lo encontraras. Tener todos los libros en un dispositivo digital, le quita » esa huella personal», ademas que muchos libros que tuve tambien fueron regalos de alguien muy querido. Ademas, mi trabajo es frente a una computadora, al menos dos veces por semana tengo que sentarme con mi esposo y mis hijos a ver tv ( si no lo hago asi , no hago tiempo de familia, desgraciadamente, aunque confieso que la tv me gusta), es decir, entonces el resto de mi tiempo de ocio es frente a otro dispositivo, no , me niego! Cada dia incremento mi tiempo de ir al parque y ver diambular las ardillas y los patos ( vivo en Canada).

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  4. Yo creo que los e-books son una maravilla y que pasado un tiempo van a sustituir a los libros de papel y debo decir, además, desgraciadamente, porque no tienen olor.

    Sin embargo, lo que mencionas sobre la inutilidad de un e-book a la hora de cotejar datos, de consultar varios libros a la vez, no lo había pensado, pero es un hecho.

    Yo preferiría que coexistieran, la verdad. Yo tengo un Kindle y esa maravilla de llevar tu biblioteca consigo, bueno, pues imposible con los libros. Pero ese hojear para releer un pasaje o la textura o el olor… En fin, que habrá que irse a leer el Kindle a un bosque…

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  5. Hola, Abraham:
    Conozco el e-reader que mencionas, pero ese lápiz electrónico sobre una pantalla resbalosa no me funciona igual… al menos, sensorial y afectivamente. ¿Y has pensado en lo que ocurrirá con tus anotaciones el día que se produzca uno de esos «glitchs» tan comunes en los equipos electrónicos y se pierda toda la memoria? No creo que si mis abuelos y mis padres hubieran tenido e-books, tendría yo ahora –al cabo de 30, 50 y 70 años– sus anotaciones y firmas en los libros que todavía me acompañan.

    Entiendo que esos aparatos puedan funcionar de manera temporal, por ejemplo, cuando uno se va de vacaciones y no quiere cargar con diez libros a la vez. Pero de ahí a sustituir el libro… 🙂

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  6. Gisela

    Comprendo tu nostalgia, Daína. Casi me persuades porque también conservo libros con significados muy especiales en mi vida. No obstante, la evolución de la escritura ha pasado por muchas etapas, desde los jeroglíficos en las paredes de las cuevas, hasta las tallas en piedra, los papiros, en fin, lo que todos sabemos, y para mí, al vehículo lo trasciende el contenido: la idea que vive en cada palabra. Lo demás es cuestión de acostumbrarse. Y realmente, cada paso en este sentido ha sido siempre un avance.

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  7. «Pero con el e-book, las páginas virtuales no funcionan igual que con un libro común. Se demoran mucho en pasar y no es posible manipularlo del mismo modo que un libro, en el que uno puede saltar de la página 300 a la 15 con apenas un leve gesto de los dedos»

    Ahí has dado en el clavo. Me pasa algo similar: cuando quiero visitar cierto pasaje, recuerdo más o menos a qué altura se encontraba. Con los formatos digitales tardo siglos en encontrar algo, la visión global del volumen es más difusa.

    Otro factor importante para mí es el olor de los libros, ese olor que de algún modo te arropa y te invita a entrar.

    Por otro lado no debemos negarle ciertas virtudes al universo digital; entre ellas la de hallar libros que no me ha sido posible encontrar en los anaqueles de las librerías (descatalogados u olvidados por las editoriales vernáculas), como algunos de Bruce Sterling (autor misteriosamente ignorado aquí en España). Otro cantar es arrancarme a leerlos en pantalla, que eso me da más pereza.

    Al mundo discófilo también le ataca el mismo arma de doble filo: echaré de menos los CD’s, como echo de menos los vinilos, pero internet me ha brindado la posibilidad de acceder a títulos inalcanzables, oficiales o inéditos, que algún filántropo ha querido compartir en red 😉

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  8. lilijeronimo

    Hola Daina
    Te me estas poniendo vieja muchacha. Ni el televisor abolió la radio, ni los videos acabaron con el cine, como tampoco el avión suspendió los viajes en barco o en tren. Bienvenidos los Ebooks, o como se escriba. Estoy seguro de que tus brillantes comentarios servirán a los ingenieros electrónicos para introducir las mejoras necesarias. Pronto los veremos en el mercado, con olores y hasta con polvo por encima. Aprovecho para mandarte un nostálgico abrazo.
    Reinaldo Escobar.

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  9. Querida Daína:
    He pensado mucho antes de escribir este comentario porque no me gusta discrepar de mi gran amiga de la infancia a la que guardo un sincero cariño y respeto. Finalmente, decidí hacerlo porque no creo que sean los libros electrónicos el problema. Puedes considerarlo libro o no. Según el diccionario de Oxford no son libros (Book: a written or printed work consisting of pages glued or sewn together along one side and bound in covers) y también coincides con la Biblioteca del Congreso en la que todavía no se puede inscribir un ebook porque no es un objeto físico.
    Hace un par de años pensaba lo mismo que tú y luego de tener un Ereader puedo afirmarte que hoy prefiero comprar la edición electrónica a la impresa por un montón de razones que no voy a exponer aquí porque no vengo en defensa de los libros electrónicos sino a comentar otro aspecto del tema: los libros multimedia.
    Mi sobrina de 6 años está aprendiendo a leer con libros multimedia: juegos, rompecabezas, música, efectos sonoros y animaciones distraen la lectura. ¿Será capaz de leer una novela en su adolescencia? ¿Son libros los “libros multimedias”? Ese es otro debate.
    Una tradición de trasmisión cultural escrita que tiene siglos está siendo sustituida por otra que incorpora lo visual y auditivo. Las generaciones nacidas en esta nueva civilización tecnológica desarrollan nuevos estilos de comunicación y hábitos diferentes. Queda abierta la interrogante sobre el impacto que tiene sobre la calidad de la educación el apego a esa nueva tecnología comunicativa.
    Cuando ideas complejas hay que expresarlas en no más de tres párrafos de una entrada de blog o sin traspasar el límite de 30 segundos en un programa de TV debemos legítimamente preguntarnos si estamos comunicando simples twitts. Los académicos que desean usar un blog para decir lo mismo que dirían en una revista científica se ven muy frustrados al chocar con esa realidad. Pocos, si es que alguno, leen un blog cuyos contenidos sobrepasen un número de caracteres. Pero ese no es el caso de los Ebooks.
    García Márquez no vendió los derechos de Cien Años de Soledad para llevarla al cine porque quería que cada lector imagine a los Buendía con su propia interpretación de la lectura. Esa es la magia de la literatura. Sin embargo, pese a su reticencia inicial y prolongada, ya tiene dos ediciones electrónicas este mes (Kindle y el estándar de Epub). No creo que disminuya por ello el valor de la obra y es probable que contribuya a diseminarla entre muchos de los jóvenes que ya no la comprarían impresa. En ese sentido quizás el Ebook sea una nueva manera de trasmitir ideas complejas entre las nuevas generaciones.

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  10. Maria Silvia, mencionas algo vital para quienes amamos los libros como si fueran criaturas vivas: su olor, su textura… Los libros son como los amantes. Necesitamos tocarlos, acariciarlos, olerlos… Reconocer las marcas que van dejando los años en su rostro y su cuerpos… y hasta ahora, no he logrado que me entusiasme enamorarme de un cyborg metálico que no huele ni envejece 😉

    Habanero de NY, esa es una buena solución: la coexistencia pacífica de ambos. Los seres humanos nos empeñamos en decir esto sí y esto no. O tú no y yo sí, como si no fuera posible que ambas partes pudieran convivir en armonía. Por eso en mi post hablaba de la posibilidad de usar el e-reader o e-book de manera auxiliar para unas vacaciones o algo así, mientras fuese posible conservar los libros que realmente uno ama y hojea con frecuencia en los estantes de la casa.

    Por otro lado, Chema toca un punto interesante. Y en ese sentido estoy de acuerdo con él. Como las editoriales han dejado de reeditar a muchos clásicos en favor de tanta literatura mediocre, olvidando que las nuevas generaciones no han leído a autores imprescindibles de décadas o siglos pasados, tener la posibilidad de conseguir un pdf de ese autor desaparecido para guardarlo en un e-reader, podría paliar en parte esa falla del mundo editorial. Pero –una vez más– si me dieran a escoger entre tener ese clásico impreso y su versión en e-book, ya saben cuál sería mi respuesta.

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    • Pienso que este es un debate entre las personas más racionales y los más emotivos, los e-book seguirán evolucionando y pronto se podrán cubrir todas las necesidades prácticas para utilizarlos como referencia y base de datos, se podrán tener varios libros abiertos a la vez, con ventanas y pestañas, pero nunca se podrá guardar una flor entre sus páginas…

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  11. Dios mío, los comentarios entran tan rápido que apenas he respondido algunos, y ya tengo otros dos más.

    Reinaldo, mi querido amigo, no sabes cómo me he reído con tu «regaño» electrónico. Casi oía tu voz, que no he olvidado aunque hace 20 años que no nos vemos, regañándome en broma como tantas veces hacías durante nuestras interminables conversaciones habaneras en las que queríamos arreglar el mundo. Gracias por no perder la fe. Abraza a Yoani de mi parte. Y espero que algún científico te tome la palabra y siga mis consejos, a ver si en algún momento tenemos e-books con olor a libro viejo y páginas que se desprenden del uso 😉

    Querida Marlene, siempre eres bienvenida a comentar, discrepes o no, como el resto de los lectores que mantienen muy alto el nivel de una discusión, con argumentos inteligentes y bien expuestos. Me doy cuenta de que he tocado un punto sensible en tu caso, pues me consta que tu editorial Eriginal Books nace del avance de la industria electrónica que facilita que pequeñas empresas puedan publicar libros y compitan con las grandes editoriales. Y te comento que ese es uno de los logros de la tecnología que apoyo incondicionalmente. Me parece estupendo que muchos autores puedan dejar de depender de las editoriales tradicionales. De hecho, en mi serie ¿Cómo publicar mi libro?, que publiqué en este blog dividida en 6 partes, ese es uno de los puntos que defiendo.

    Lo que no me convence mucho es la multimedia incluida en los ebooks. Cierto que es muy útil para cierto tipo de aprendizaje, pero está provocando otra clase de problemas muy preocupantes en la nueva generación. Te prometo que más adelante haré otro post dedicado a esto. Te mando un gran beso y espero que sigas pasando por aquí para «discrepar» de vez en cuando. 😉

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  12. Pamela Landy

    Querida Daína.
    Concuerdo contigo hasta la última coma de tu comentario sobre el e-book. Espero, y mucho, que ese artefacto de la modernidad jamás logre sustituir al libro impreso. Pienso que eso sólo sucedería en el caso «hoy ya no tan extremo» que se agotasen las fuentes para producir papel. Los forofos del e-book se perderán la impronta de aquel que te regala un libro, o la del autor el día del lanzamiento, o la complicidad de la página doblada en uno de sus extremos para marcar la cita, el párrafo, la palabra clave que nos ha llenado en algún momento. No, definitivamente prefiero el subrayado, las notas al pie, la página manchada de café, o garabateada por el reycito o la princesita de la casa. Como aeromosa no me quiero ver con la tableta o el artefacto bajo el brazo para llenar los espacios vacíos entre vuelos o los horarios muertos en los vuelos intercontinentales. No, eternamente cargaré mis kilos de libros, mis mejores amigos y los mejores amigos de mis amigos.
    Un beso y mucha suerte desde Zúrich.
    Pamela Landy

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  13. Soraya

    Daina quiero contarte que en este momento estoy trabajando con tu libro «el hombre, la hembra y el hambre», y fue muy difícil encontrar el libro, vivo y estudio en suiza, lo busque en toda Europa y en mi país natal, Colombia, pero fue imposible encontrarlo ya que esta fuera de stock. Muchas personas me aconsejaron e-book, y mi primera respuesta fue un no rotundo. Leer en computador me cansa, pero lo peor es que mis manos se sientes vacías. Al igual que tu me gusta el contacto con las páginas, rosarlas en mis dedos, ir y venir a través de ellas; disfruto buscar un espacio en la cartera para llevar mis libros conmigo, leerlos en el tren o mientras me tomo un café, me encanta, ponerlo sobre la mesa, mirar profundamente la imagen de la portada y meditar sobre esta durante unos minutos. Y pese al famoso dicho que dice “no se sabe quien es más tonto si el que presta un libro o el que lo devuelve”, yo sigo disfrutando el intercambio de libros. Finalmente encontré tu libro con la editorial el Malecón y lo he disfrutado de comienzo a fin.

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  14. Bueno, yo tengo una relación amor odio con los eBooks. Tengo un Kindle pero no lo he usado todavía. No hay, como bien dices, nada mejor que palpar un libro. ¡Y olerlo! Sin embargo, acaba de salir un libro mío como nook, antes de en papel, y ya le voy cogiendo cierto cariño…interesado, claro. Cariños taoseños, la Te

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  15. Pues yo tengo algunas opiniones diferentes.

    Con las versiones modernas de lectores se puede subrayar, marcar y comentar, con diversos tipos de letras y colores. Aferrarse al lapicito es cosa de costumbre, nada más. A mí, de todas maneras, jamás me ha gustado rayar mis libros, ni subrayarlos, ni comentar ni nada de eso. Y conste que soy entusiasta de atesorar libros en papel, es por eso que no me gusta mancillarlos con nada.

    Respecto de hacer búsquedas, yo busco mucho mejor en una versión digital que en papel. De hecho, cuando quiero citar a alguien y no recuerdo bien el origen, me busco una versión digital y busco por palabras clave. En cambio con la versión en papel me tardo eones.

    Yo ni siquiera leo con un lector sofisticado. Lo hago con el teléfono, que no está concebido para eso. Y aún así, puedo ver varios libros simultáneamente. Pero claro, quien habla está acostumbrada al entorno digital. Al punto que yo ya no escribo nada en papel porque se me cansa la mano, y prefiero hacer todo con la computadora (así puedo estar horas tecleando sin cansarme). Y las pantallas táctiles son la apoteosis de la comodidad.

    Por cierto, el iPad no es cómodo para leer. Sugiero mejor un lector de los de tinta electrónica, que son tan delicados con la vista como un libro de papel.

    Yo siempre he leído en papel, y tengo en papel todos los libros a los que le tengo cariño. Y libros dedicados por sus autores (que eso sí que no se puede sustituir en el entorno digital, lo admito). Pero la maternidad me ha obligado a leer usando una sola mano y en la oscuridad más absoluta (es decir, cuando mezo al niño para que se duerma por las noches). Y me he acostumbrado tanto que ya no me gusta el tacto del libro. Me parece un desperdicio de energía el tener que usar dos manos. Y necesitar luz.

    Lo de que el libro electrónico es algo efímero, creo que es muy pronto para afirmar tal cosa. Veamos el ejemplo de la música digital: antes teníamos montones de formatos, como sucede aún hoy con los videos, y poco a poco se fue estandarizando el mp3. Los mp3 que tengo desde hace quince años aún los puedo escuchar. Los dispositivos siempre ven los formatos más antiguos: así están hechos. Con los libros digitales vamos en la misma dirección: epub apunta a convertirse en un estándar. Y salvo lectores propietarios como el Kindle, todo lector lee epub. (No sé si el Kindle también; capaz y sí.) Además, cambiar de un formato a otro es trivial. El epub no es más que una especie de txt, y es trivial migrarlo a doc, rtf y pdf, y de éstos a epub. Así que yo creo que en 20 años o 30 o 40 seguiremos pudiendo leer los libros que hoy compramos en epub. Siempre que no los hayamos perdido con un disco duro roto (o que hayamos perdido nuestra biblioteca en una inundación).

    En resumen, yo pienso que es muy respetable aferrarse a lo tradicional si es lo que te hace feliz. Pero que no te guste, o que no le des una oportunidad (una de verdad, porque en 5 minutos nadie se acostumbra a nada), no hace que el libro electrónico sea una mala opción.

    Termino esta parrafada declarándome fan de los libros digitales, libros que puedo comprar y leer con un click del ratón en vez de tener que activar mis tarjetas de crédito para hacer un viaje, cruzar el océano y traerme los libros en una maleta. (El caso de Rodolfo Martínez, escritor español que me fascina… y que ahora vende sus libros en epub.)

    (Mi niño tiene 2 años y maneja el iPad como un experto. Cuando aprenda a leer, yo te pregunto: ¿crees que verá los libros en papel de la misma manera que tú o que yo? Y a la vista de esta respuesta, ¿crees que el libro en papel tiene todas las de ganar frente al digital?)

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  16. Rosmerys

    Holaa!!! Super Escritora!! Que E-books??? Nadaaa Puede Sustituir Un Buen Libro. Su Textura, Olor. No Puedo Explicar La emocion q siento cada vez q entro a una libreria. 🙂 Los Libros Son Un Un Pasaje a Lugares Espectaculares 🙂 Abrazoos!!

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  17. ¡Qué bien! Ya veo que he logrado que varios lectores escriban su propio post “¿Por qué me gustan los e-books?”. 😉

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  18. Carlos Duarte

    Hola Daína
    Yo prefiero mil veces el libro tradicional y comparto tus puntos de vista en cuanto a los valores extraliterarios que encierra un libro amado. Perdi muchos de los libros de mi infancia pero los recuerdo aún con mucha nitidez. No me gusta leer en la computadora y por razones económicas no puedo todavía pensar en un I pad o uno de esos adminículos de tinta electrónica de los cuales me han hablado muy bien. Cuando los tenga podré evaluarlos. Quizás me convenzan. Ojála, porque tengo un montón de E-books que me encantaría leer.
    Para lo que sí es grande la computadora es para trabajar, como mencionaba Su Sussman, buscar citas, bibliografia etc y para escribir que mi caligrafía debe andar ya por la edad de piedra.
    Ahora, tengo hijos. Ellos cada vez tienen menos problemas con los formatos electrónicos lo que me lleva a pensar que cada vez tendrá más aceptación el libro electrónico y terminará por imponerse.
    Hay otro factor adicional. El papel se hace de árboles. ¿Alguien sabe cuantos árboles hay que derribar al año para hacer papel? No he estudiado el asunto pero mi corazón ecologista me dice que a la larga la electrónica es una ventaja. ¿O no?
    Esperemos que lleguen a un equilibrio y que persista el otro, que los románticos de la vieja escuela no tengamos que fundar una secta fundamentalista que salga a las calles a protestar por la preservación del libro.
    un abrazo,
    Carlos

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  19. Susana Sussmann,

    Ni a favor ni en contra. Ante todo decir que soy de una generación que oscila entre los dos mundos. A mis 33 años he vivido los últimos días del vinilo, los primeros del CD y estoy ampliamente familiarizado con todo tipo de formatos digitales. Por mis manos han pasado cientos de libros y mis ojos han visitado cientos de pdf’s. Por las computadoras siento una especie de amor-odio por todo lo hablado más arriba.

    Pero olvidamos algunos factores importantes de la ecuación para hacer un pronóstico de lo que depara el futuro:

    – Cualquier dispositivo electrónico moderno sale de fábrica con fecha de caducidad. La causa se llama capitalismo, que es aquello que se preocupa menos de tus necesidades que de la cantidad de aparatos que puedas consumir por unidad de tiempo. Se puede ser extremadamente cuidadoso con una máquina, que, gracias a su diseño, ésta inevitablemente terminará por morir. Tu e-book morirá, el disco duro, pen-drive o cualquier dispositivo de almacenamiento que utilices para no perder tus archivos, morirán. Y necesitarás sustituirlos cada pocos años por otros más modernos, más caros e igualmente perecederos. Esto tiene un nombre que yo no he inventado, y con el cual cualquiera que lo desee puede ampliar información en la red: «Obsolescencia Programada».

    – Está también ese otro factor en el que me sorprende que nadie repare: cuanto más de algo le das a un ser humano, menos interés muestra por ese algo. Dinero, discos, libros o automóviles, el exceso de cualquier cosa despierta indiferencia. Es la carestía la que despierta el estímulo. Nos vanagloriamos de que el mundo moderno pone a nuestro alcance más información sin necesidad de invertir tanto tiempo como antaño. Eso puede ser válido para mí y para gente mayor que yo, que nos hemos criado buscando, intercambiando, esperando, ansiando nuevo material. Pero ¿y las nuevas generaciones? No hablo del futuro, hablo del presente. Me aterra constatar la indiferencia con que la gente joven pasa por una vida donde dispone de toda la cultura del mundo a su alcance y termina acomodándose en todo lo más banal y anodino. Sí, hoy tienes todo Borges y Unamuno a un click de distancia, pero, seamos honestos ¿qué lee la gente joven, que es la que poblará el futuro y después de ellos, sus hijos? Leen las estupicedes que vomitan los medios de comunicación. Existe la creencia tácita generalizada de que leer, escuchar música y asistir al teatro y al cine le convierten a uno en un tipo culto. A este subterfugio conviene añadir, con objeto de desenmascararlo, que todo depende de la calidad de la cultura que se consuma. Como mucho, algún enteraillo se jacta de haber leído 1984, Un mundo feliz y de haber escuchado a Hendrix y a Janis Joplin, ignorando dramáticamente el hecho de que la cultura tiene, afortunadamente, unos horizontes infinitamente más lejanos. Basta ya de clichés!

    Toneladas de cultura nos rodean mientras, paradógicamente, el borreguismo se incrementa.

    Perdón por haberme metido de cabeza en off-topic, pero creo que no debemos ignorar esta realidad. Quizás gracias a ella, el futuro no esté sembrado ni de libros ni de e-books, sino de ignorancia supina, o… quizás gracias a ella surja dentro de algunas décadas la moda del revival con los libros, como surge con el ancho de los pantalones, y sea lo más trendy comprar libros de papel. Quien sabe…

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  20. Pitux

    Lo mejor es que sigan existiendo los dos, cada uno con sus ventajas prácticas o sentimentales.
    Para mí la mejor ventaja práctica del eBook ha sido la posibilidad de cambiar o agrandar la letra. Cuando llegas a cierta edad, que ni con gafas puedes leer cómodamente la letra impresa tradicional….. ¡que viva el Kindle!
    Pero de momento y mientras el bolsillo pueda, los libros que merezca la pena conservar, seguirán estando en mi biblioteca en formato de papel.
    Aparte de esto, qué gusto da leer un buen post, que motive además comentarios interesantes del resto de lectores!!

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  21. Yo tuve que abandonar mi biblioteca de unos 2000 ejemplares al huir de Venezuela en 2005. Tu post me toca como a nadie. Veo que has podido (creo) conservar la tuya y me alegro por ti. Por cierto, uno de los últimos libros que leí en Vzla. fue el tuyo del hambre, el hombre y la hembra (disculpa si equivoco la secuencia). Saludos contra-revolucionarios desde Madrid.

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  22. Buenisimo y compartidisimo —permiteme este aporte al idioma de Cervantes—, Tal vez podamos resumirlo en una sola frase «Un libro es un libro» y tiene enseradas en cada uno de ellos esas magnificas personalidades que uno le brinda, sobre todo la de volver a su lectura, a sus notas marginales a sus subrayadaos tan individuales aportadas por el lector-investigador. He estado en inumerables ocasiones frente a este engendro nuevo de la electronica y siempre he claudicado a la hora de comprarlo, por todo lo que ambos y otros con sus comentarios piensan al respecto, junto a ello y me sumo a lo dicho por conchaseijas yo tambien tuive que abandonar mi biblioteca al huir de Cuba (hermanados en la huida) pero aun aqui guardo los pocos que mantengo, y casualmente he adquirido algunos que me acompañaron en la vida en Cuba y estan conmigo nuevamente como un «clon». No creo que la tecnica me motiva, tal vez desde el punto de vista economico, pues valen menos y para algunos que despues de leerlos qno sean necesario guardar en un alpolvado estante… si me gustan, lo compro en papel y la guardo, porque como dije al principio «Un libro es un libro».

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  23. Gracias a todos por tan interesante debate. Si me permiten, quisiera añadir algunas ideas:

    Pamela:
    Mencionaste algo que yo no había tocado en el post, pero que forma parte intrínseca del valor cultural del libro: y es la posibilidad de comprarlo en un lanzamiento para que el autor lo firme. Tener del puño y letra de un escritor que admiramos su propia firma, saber que sus huellas digitales (y quizás hasta su ADN) quedaron en esas páginas, es algo invaluable.

    A Tere Dovalpage:
    Querida amiga, no te sientas «culpable» de empezar a amar tu libro recién salido en formato digital. Es un hecho de la tecnología que los escritores tenemos que aceptar. NO ESTOY EN CONTRA DEL E-.BOOK, pero prefiero el libro de papel. Hasta el momento, yo misma no he accedido a que mis libros estén digitalizados, aunque supongo que en el algún momento lo permitiré.

    Querida Susana:
    No es que «me aferre al lapicito», como dices con tan buen humor. (Te aseguro que cualquier lápiz electrónico es más «lapicito» que mi pluma Parker enchapada en nácar 🙂 ). Lo que ocurre es que la existencia del e-book es muy efímera. Aunque existen libros que ya tienen 5 siglos (desde los mismos comienzos de la imprenta), te aseguro que ningún e-book funcionará dentro de 20 años. Esa herencia de padres a hijos, a nietos y a generaciones posteriores, no ocurrirá con el e-book. Gracias al libro, hoy podemos ver las anotaciones que autores como Joyce o Freud, por ejemplo, hicieron en los suyos. Podemos conocer sus pensamientos y reflexiones en torno a ideas que leyeron. Ese aspecto emocional, cultural y hasta histórico, se perderá con el e-book. No niego su utilidad práctica. Citaste un buen ejemplo para lo que sirve un e-book: sostenerlo con una sola mano (cosa que es imposible hacer con un libro de papel), mientras meces a tu hijo. Esa sería una buena razón para usarlo. Y supongo que puede haber otras razones prácticas más. En ese sentido, bienvenido sea.

    Ahora bien, contrario a lo que dices, NO ES POSIBLE (o al menos, ES MUY INCÓMODO Y LENTO) trabajar con varios libros abiertos en un e-book cuando estás haciendo una investigación. Es cierto que, al igual que ocurre con la computadora, uno puede abrir varios archivos a la vez, pero durante una investigación donde a veces tengo abiertos varios libros en mi escritorio, marcados entre las páginas con etiquetas adhesivas de colores que, a su vez, están escritas para indicar lo que marcan, sería imposible hacer lo mismo con un e-book. Te invito a que intentes realizar una investigación teniendo 6 archivos abiertos en tu computadora (además del texto donde estás trabajando), mientras intentas buscar dónde estaba una cosa u otra. Todo se vuelve un abre, mira y cierra, para abrir otro, vuelve a mirar, y aquí tampoco está, y en este otro, tempoco, etc. Si tienes esos mismos 6 libros de papel desplegados ante tí, ya me dirás cuál información encuentras primero de una sola ojeada. Y te lo dice alguien completamente acostumbrada a trabajar con equipos digitales. Estoy segura de que comencé a usar la computadora antes que tú. Hace veinte años que escribo todo (excepto la poesía) directamente en la pantalla. Así es que no se trata de que no me sienta a gusto en ese medio.

    A Chema, Pitux, Carlos Duarte y Enrique:
    Me adhiero a sus comentarios y concuerdo con ellos. No pienso que el e-book vaya a terminar con el libro de papel. Creo que para uno y para otro (si nos guiamos por los comentarios anteriores) hay suficientes lectores. Creo que lo ideal (y espero que así sea) es que ambos coexistan. Por mi parte, seguiré prefiriendo el familiar y nostálgico aroma del papel, aunque mi espíritu ecologista también se sienta culpable por ello. Espero que la tecnología nos ayude a encontrar otra manera conservar los bosques. Mientras tanto, hago todo lo posible por reciclar y por proteger la naturaleza de otras mil formas.

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    • Pues, Daína, será cosa de personalidad. Yo trabajo en documentación y suelo tener más de diez documentos abiertos en simultáneo. En la computadora, quiero decir. Paso de uno a otro, copio un texto, lo pego allá, escribo algo aquí, combino la información, cito esto, etc. Es común que tenga dos o tres documentos del procesador de textos y varios PDFs abiertos a la vez como referencia para construir un documento nuevo. Y me desespera cuando una de mis fuentes está en papel, porque cuando todo lo demás está frente a mí en la pantalla, el tener que desviar la mirada, y buscar y pasar las páginas en un escritorio atestado resulta cuando menos lento.

      Hablando de otra cosa, y si bien es cierto que con los formatos digitales se pierden cosas como el original de hace 50 años anotado por su autor, con lo moderno de las comunicaciones actuales se gana en interacción a tiempo real. Hace poco le dije a Scalzi lo mucho que me habían gustado sus novelas y le agradecí a Rodolfo Martínez por poner sus libros en digital para que yo pudiera comprarlos al otro lado del océano. La cosa es: ¿en dos o tres generaciones verán las anotaciones en los lados de un libro con el mismo sentimiento que se ven ahora?

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  24. Heriberto Hernandez

    Una de las razones que se esgrime para sustentar la renuncia a producir libros de papel es la “depredación de los bosques”, pero estudios dicen que con el reciclaje de la pulpa de papel existente en el “mercado editorial perecible” (publicidad, prensa, papel comercial, etc.) no habría que cortar un solo árbol mas; además de que ya existen formas de “papel artificial” concebidos en laboratorios y que no usan elementos naturales en su elaboración. No me place leer e-books y la poesía, especialmente, tiene una relación indisoluble con el papel que hace hasta lamentar a veces no leerla manuscrita para apreciar la gestualidad del autor. Saludos.

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    • Estoy de acuerdo con muchas de las razones de porquè no es lo suficientemente agradable la lectura en e-books como sì en cambio lo es en un libro hecho con papel,
      un sòlo pensamiento que ocupa mi conciencia y tiene relaciòn con la tala de àrboles, los problemas del medio ambiente, el calentamiento global… hace que mi decisiòn decline por los libros electrònicos, igualmente creo que no van a desaparecen totalmente los libros en formato tradicional; si es necesario que sacrifiquemos nuestros pequeños grandes placeres no menos importantes para recuperar el equilibrio bio-ambiental de nuestro planeta que asì sea!

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  25. No sabemos en qué terminarán los e-books o cualquier otro formato de libros digitales. No sabemos cuáles de sus características tendrán impacto serio en la sociedad, y qué efectos resultarán de dicho impacto. No sabemos si su forma actual es siquiera cercana a la definitiva. No sabemos si alguna vez los e-readers serán tan fáciles de hacer y poner en uso como los volúmenes en papel, que hoy día se pueden hacer en Zambia. Sabemos sólo que en el presente se venden y compran como pan caliente, tal como cualquier otro artilugio cargado de modernidad, status y comfort.
    De los libros en papel, en cambio, estoy cien por ciento seguro.

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  26. Bueno Daína, creo que lo que pasa es que tenemos una peculiaridad y es cultural; porque somos una generación intermedia, y nuestro destino es nadar entre dos aguas. Ni somos tan viejos como para morir recalcitrantes en el viejo modo, ni tan jóvenes como para morir de fiebre con el último invento; pero gracias a eso, tenemos la capacidad de mediación, de adecuación, que debe ser muy apreciada. Gracias a nosotros, y te incluyo, se sabe que es posible disfrutar las ventajas de la tecnología minimizando sus consecuencias letales; y con eso le damos tiempo, tanto a la tecnología misma como a la cultura y a la reflexión sobre esta, para que se ajuste poco a poco.

    Un saludo

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  27. Hola Susana:
    Puede que así sea, y que la personalidad tenga que ver con eso. Creo que incluso no tiene que ver con la generación, porque hay gente de todas las edades que prefieren una posibilidad sobre la otra. Tal vez tenga que ver con la estructura o forma en que nos gusta trabajar. Pero aclaro de nuevo, no estoy en contra de los e-books, que tienen muchas cualidades a su favor. Es simplemente que siento más placer en leer y almacenar mis libros en papel.

    Heriberto:
    No sabía que existían otras posibilidades de fabricar papel. Ese es mi único dolor cuando pienso en los libros. Ojalá que terminen por fabricar papel con esos métodos que permitan conservar nuestros bosques.

    Juan Pablo:
    Me adhiero a tu opinión. Muy bellamente expresada.

    Ignacio:
    Creo que has expresado muy sabiamente la dicotomía de toda una generación que ha crecido entre dos mundos. Te agradezco que hayas compartido esa visión que concilia diferencias engañosamente adversas..

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  28. 100 % Gusano

    El solo hecho de no tener ácaros y polillas que me hagan estornudar es suficiente para que yo adopte el ebook.

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  29. Yo, personalmente, disfruto de ambos. Lo que sí es que el e-book me solucionó un problema como consultor cuando tengo que viajar fuera de oficina a atender a un cliente. Antes llevaba una maleta de libros, ahora solo mi tableta. Maleta vs tableta.

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  30. Daina, Estoy de acuerdo contigo tambien, me encanta tener una coleccion de libros no solo por tener los propios pero algunos que me han regalado y me an escrito una dedicatoria. Para mi es un libro y un momento especial. Pero ha la vez tengo un e-book por lo practico que es. Me encanta leer y en cualquier momento I download a book and read.

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  31. Leandro

    Daína:
    Regresando en el tiempo, el libro de papel fue el último grito de la tecnología, así como el papiro y la piedra. La primera bíblia impresa debió ofender a mucha gente. ¡Imagínense la palabra divina escrita por una máquina, sin los borrones del escribano! Creo que la cuestión es que el hombre se enamora de sus cosas, de su tecnología. Y cada medio tiene sus ventajas, sobre todo sus imperfecciones a las que se aferra con nostalgia. Pero el reemplazo es inevitable y hay que ver su lado positivo: vendrán libros telepáticos…
    Por último, el papel con todo su encanto tampoco es muy duradero, no más que la piedra. En cambio el bit…
    El bit es para siempre.
    🙂

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  32. Ya sé que tiene más de dos años este post y que probablemente nadie lea mi comentario. Aún así, quiero decir una par de cosas:

    La primera, que extraño horrores cuando pintábamos en las cavernas. Era lo mejor del universo: nos reuníamos toda la familia y mi padre nos relataba cómo estuvo la caza, los peligros a los que se enfrentaron y la alineación que siguieron para lograr obtener la cena. También hacían los planes para la siguiente, para mejorar la técnica. Recuerdo el olor de las hierbas machacadas y el trazo firme de mi padre. Era como ver, sin haber estado ahí, toda la cacería al rededor de nuestra fogata. Recuerdo las sonrisas de orgullo de nuestras madres y las payasadas que hacíamos los chicos emulando ser cazadores. A veces, los abuelos aprovechaban para contarnos historias que nos hacían fascinarnos. Era magia, magia pura.

    La segunda, que todo eso se perdió con los libros impresos. Ese olor a químicos es asqueroso. y además la experiencia es solitaria. No se reúnen las familias a contarse nada, mi padre ahora sólo hace anotaciones y subraya párrafos en las hojas del Manual Completo de Cacería de Venados, concentrado en sí mismo, pasando una página tras otra y sin voltear a vernos. Se acabaron las fogatas, los abuelos ahora se quedan dormidos y las historias están ahí: muertas en las hojas de los libros, sin una voz, sin la calidez de una mirada sabia que te lleve por los recovecos de cada personaje. Sí, claro, se pueden leer y tendrán sus ventajas pero nunca, NUNCA, serán lo mismo que las pinturas en las cavernas, las familias juntas y las historias que pasaban de generación en generación sin necesidad de un montón de pedazos de árboles muertos que apestan a no sé qué.

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  33. Jess Velázquez

    Estimada Daina,
    Es cierto, cualquier cosa, objeto o circunstancia, en donde se empleen los sentidos y por demás, «la razón», por sentido natural crea una «huella», la cual está impregnada de lo que ha sido escrito, anotado, o simplemente el deseo de volver a leer lo que ahí se cita. En otras palabras, es posible que un libro es un objeto que ayuda a trascender en lo que se conoce como «tiempo», cada vez que se abre, y se encuentra la página que alguien anoto, o que simplemente hemos leído, simplemente pareciere como si el acto mismo de leer se «refrescara» y se atrae a la memoria o circunstancia el hecho o evento que ahí está anotado.
    Los libros como tales, como los objetos palpables, podrán ser minimizados o relegados a las bibliotecas. Sin embargo por el hecho de llevar una «huella», pueden magnificar el «deseo» de volver a vivir el hecho, la circunstancia, y entonces esa simple circunstancia es lo que mantiene «vivos» a los libros como tal.
    La tecnología de la comunicación seguirá avanzando y se tendrá una máquina que pueda «hablar» mientras uno puede estar cómodamente sentado o en reposo, y por ello es algo fantástico. Sion embargo su contenido dura lo que la memoria pueda retenerlo y queda solo en el campo virtual, Será difícil volver a establecer algún hecho, acción o circunstancia que se relaciona siempre con un cierto tipo de ropa, una maleta de viaje, una piedrecilla, un cierto animal, y simplemente un trozo de madera o una concha de mar.
    Sea para Bien.

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  34. JustMe

    Yo amo a mi e-reader 🙂 Lo puedo llevar a cualquier lado, en 234 gramos tengo mas de 100 libros, como es de tinta electronica no daña los ojos, tiene conectividad wifi, puedo bajarme libros por pocos dolares o incluso gratis… es una maravilla.

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  35. Comparto lo que dice el artículo. Tengo un Kindle, leo bastante… pero me falta el papel, me falta el olor a libro. No es un libro y nunca lo va a ser, por más que la pantalla sea mejor que una tablet y blablabla, no es un libro. Por ahí arriba dicen llevo cien libros encima… Al principio yo también cargué el e-reader con toda la bibliografía de Phillip Dick (esto hará 4 años): leí 2 novelas y 2 cuentos cortos de él. Después terminé borrando todo y teniendo 3 ó 4 títulos nada más. Si el punto a favor es acceder a libros que pueden llegar a ser muy caros o difíciles de conseguir en papel… pero sería un poco mejor que leer en la tablet o la pc, pero nada más. Nunca desde mi punto de vista va a reemplazar al libro. Saludos cordiales.

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  36. Pepe

    ¡Totalmente de acuerdo! Me pasa lo mismo de la memoria eidética: recuerdo casi exactamente el lugar donde leí algo. Además, es hermoso reabrir varios libros al mismo tiempo, todos con mis marcas y anotaciones, para cruzar información entre ellos.

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