10 mitos sobre el coronavirus

Hace apenas dos semanas publiqué un larguísimo artículo titulado «Noticias falsas: la verdadera pandemia global«. Me sentía harta y abrumada ante la cantidad de bulos que leía en las redes y, lo que es peor, me enviaban por mensajes privados en Facebook decenas de personas conocidas o no.

Ha sido uno de los artículos más leídos en este blog que ya tiene 8 años. El título aludía al virus que, en aquel momento, empezaba a ser una preocupación general. Ahora ha sido clasificado como pandemia, provocando una cuarentena global.

Las redes están inundadas de consejos e informaciones… la mayoría de ellos falsos. He visto videos y supuestas cartas y documentos oficiales que son absolutamente fabricados. El peligro de seguir tales recomendaciones es que muchas personas, escudadas tras una falsa seguridad, pueden creerse a salvo con esas medidas falsas, cuando en realidad no lo están. Y lo que es peor, pueden minimizar y dejar de prestar atención a las que sí las protegerían.

Lo mismo si escribo una novela que un artículo sobre arqueología, genética u otra rama de la ciencia, siempre busco fuentes confiables. Para este consulté varias opiniones de doctores y especialistas que explican los mitos más frecuentes relacionados con el COVID-19, la nueva cepa del coronavirus. A continuación les hago un resumen:

Mito #1: Para prevenir el contagio, beba mucha agua, si es posible tibia, y mantenga la boca húmeda.

No existe ninguna evidencia científica detrás de esa afirmación. La temperatura del agua que bebe no es importante para combatir ningún virus. Tampoco mantenerse hidratado lo protegerá del flagelo.

El cuerpo necesita mucha más agua de la habitual cuando tiene fiebre, hace ejercicios o se deshidrata debido a vómitos o diarrea. Pero la mayor o menos humedad de la boca no lo mantendrá a salvo del coronavirus.

Mito #2: Si tiene secreción nasal, probablemente solo tenga un resfriado común.

Cuidado. El resfriado común y la gripe estacional son infecciones virales que pueden tener síntomas muy similares, incluso a veces idénticos, al COVID-19, e incluyen fiebre, tos y falta de aliento. El coronavirus, la gripe y un resfriado común pueden presentarse con tos y falta de aire. Tanto el coronavirus como la gripe también pueden causar fiebre. Los síntomas del coronavirus no son específicos y pueden variar mucho.

Mito #3: Haga la prueba de contener la respiración durante 10 segundos. Si luego no tiene tos, significa que no tiene fibrosis pulmonar y, por tanto, no está infectado con el coronavirus.

La fibrosis pulmonar es la cicatrización del pulmón que puede producirse por infecciones, medicamentos, genética o algunas enfermedades. Lo único cierto en ese mito es que si una persona tiene fibrosis, no puede contener la respiración durante más de 10 segundos sin toser. Pero esa no es la forma de diagnosticar el coronavirus, ni ninguna infección.

Puede que alguien no tenga fibrosis pulmonar, pero sí tenga coronavirus. Si usted experimenta problemas respiratorios, eso podría significar que tiene una infección, ya sea de coronavirus o de cualquier otro patógeno.

Mito #4: La vacuna contra la gripe ayuda con el coronavirus.

No hay evidencia de que la vacuna contra la gripe prevenga o ayude a combatir el coronavirus. Son virus distintos. El COVID-19 es causado por una nueva cepa de coronavirus, que como ya expliqué en mi artículo anterior, no se trata de un solo virus, sino un conjunto. En cambio, la gripe es causada por cepas de influenza A y B. Es por ello que los científicos están intentando desarrollar una vacuna diferente.

Mito #5: El virus desaparecerá en el verano, cuando llegue el calor.

Lo más probable es que eso no ocurra. Según el Dr. Marc Lipsitch, del Centro de Dinámica de Enfermedades Transmisibles de la Escuela de Salud Pública de Harvard, si bien se espera ver cierta reducción en el contagio a medida que el clima se caliente, esta disminución no será lo suficientemente significativa, sobre todo si no se mantienen las medidas de higiene y aislamiento absolutos que se recomiendan.

Con otros virus, como la gripe, suele haber una disminución de casos cuando llega el verano. Eso no quiere decir que no se produzcan contagios y muertes por «flu» o gripe en temporadas cálidas.

La prueba de que el calor no destruirá el coronavirus está en que ahora mismo es verano en Australia, donde siguen aumentando los enfermos, mientras que en Siberia, situada en el hemisferio norte y con temperaturas bajo cero, no se han producido casos hasta el momento.

Mito #6: La vitamina C y otros suplementos pueden combatir el coronavirus.

Por el momento, no existe evidencia de que agregar suplementos vitamínicos a su dieta lo proteja del virus.

La mayoría de las personas pueden obtener todas las vitaminas que necesitan a través de una dieta saludable. A menos que usted padezca una deficiencia de vitaminas detectada clínicamente, los suplementos no son necesarios. Concéntrese en comer frutas y verduras para cubrir sus requerimientos de vitaminas y minerales. Pero hágalo con tiempo. El cuerpo no construye una muralla inmunológica en cuatro o cinco días. Un sistema inmunológico fuerte es algo que requiere una dieta adecuada y constante.

Mito #7: Los niños no pueden contraer el coronavirus.

Los niños sí pueden tener COVID-19, aunque las estadísticas muestren menos casos en comparación con adultos. Según los últimos estudios, los más pequeños tienen la misma probabilidad que los adultos de contagiarse. Lo que ocurre es que son menos propensos a enfermar de gravedad, porque al parecer sus sistemas inmunológicos son jóvenes y actúan de una manera diferente ante esos patógenos. Pero eso no quiere decir que estén exentos de peligro.

La incidencia de niños enfermos también fue menor que la de adultos en dos epidemias previas de coronavirus: el SARS-CoV («Severe Acute Respiratory Syndrome» o Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que se inició en 2002, en China; y el MERS-CoV («Middle East Respiratory Disease» o Enfermedad Respiratoria del Medio Oriente), que empezó en el Medio Oriente en 2012, a la cual siguió un brote importante en Corea del Sur, en 2015. En esos eventos, los niños también resultaron poco afectados, aunque no inmunes.

De cualquier modo, los pequeños que se contagien –con o sin síntomas– podrían transmitir el virus a adultos cercanos, como sus propios padres y abuelos, que tienen sistemas inmunológicos más débiles.

Mito #8: Es peligroso recibir un paquete de China.

Investigaciones anteriores han hallado que las cepas de coronavirus similares, como MERS-CoV y SARS-CoV, no sobreviven mucho tiempo en cartas o paquetes. Los expertos creen que este nuevo coronavirus tampoco sobrevive en esa clase de superficies.

Un estudio anterior descubrió que los coronavirus pueden permanecer vivos en superficies de metal, vidrio o plástico hasta nueve días. De ahí que sea tan importante desinfectar teléfonos celulares, picaportes de puertas, pasamanos de escaleras, etc. Pero los paquetes de correo (papel, cartón o cartulina) no son ideales para que el virus sobreviva.

Mito #9: Las mascotas pueden transmitir el nuevo coronavirus.

En todo caso, podría ser al revés. El único caso de transmisión que se conoce ocurrió en China. Y fue una persona enferma la que infectó a su perro. El animalito contrajo una infección de «baja intensidad», lo que significa que los perros pueden ser vulnerables a contraer el virus de las personas. Ninguna evidencia sugiere que un animal doméstico pueda infectar a los humanos.

Para proteger a las mascotas, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. recomiendan que las personas con COVID-19 busquen a alguien que cuide de sus animales mientras ellos están enfermos.

Mito #10: Para prevenir la infección del coronavirus, haga estos remedios caseros: enjuáguese las fosas nasales con solución salina, tome aceite de orégano, y beba cocimientos con ajo o jengibre. Evite los alimentos picantes y los fríos.

No existe ninguna evidencia de que el agua salina en la nariz elimine el coronavirus. Tampoco hay pruebas de que el aceite de orégano o los cocimientos de jengibre y ajo prevengan la infección viral. Y no es que no tengan propiedades antimicrobianas o antioxidantes, pero ninguno evitará que se contagie si no toma las medidas adecuadas.

Y ya que estamos en esto: eliminar los alimentos picantes, como recomiendan algunos anuncios, no mejorará su inmunidad. Tampoco estará más seguro si deja de tomar helados o bebidas frías. Puede que baje un poco de peso, pero eso no le protegerá contra el COVID-19. No hay ningún estudio que demuestre el vínculo entre el coronavirus y la ingestión o exclusión de alimentos, infusiones o brebajes en su dieta.

Entonces ¿qué funciona?

El ser humano se comporta de manera bastante absurda, por no decir tonta, cuando se siente a merced de algo que no puede ver, ni controlar. Entonces acude a su mecanismo psicológico habitual: cree en lo imposible para sentirse protegido y a salvo.

En realidad, las medidas de protección son simples, aunque deben cumplirse de manera rigurosa. Se trata de un conjunto de reglas monótonas y algo pesadas, pero fáciles de realizar.

  • Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón durante 20 segundos.
  • Evite salir a la calle.
  • No se reúna con amigos, por íntimos y queridos que sean.
  • No haga visitas familiares, a menos que alguien necesite ayuda real.
  • No toque con los dedos el botón de los ascensores. Utilice el codo.
  • Limpie y desinfecte todas las superficies con las que está en contacto frecuente: teléfonos, interruptores de luz, pasamanos de escaleras, picaporte de puertas, llaves del auto y la casa. Si tiene auto, no olvide las superficies de contacto más comunes: timón, manillas exteriores e interiores de las puertas, botones de la consola, palanca de velocidad, de cambio de luces, del limpiaparabrisas.
  • No se apoye en los pasamanos de las escaleras, ya sean móviles o estáticas. Y si va al mercado, antes de tocar el manubrio del carrito de compras, desinféctelo.
  • Si va a echar gasolina, póngase guantes de látex o goma desechables antes de tocar la manguera de servicio y, al terminar, arrójelos a la basura antes de volver a tocar la puerta de su coche.
  • Y de nuevo, cada vez que llegue de la calle, lávese las manos.

Por último, no haga caso a cuanto remedio o advertencia vea en las redes o le envíen sus amigos por Facebook, Messenger o WhatsApp, ni siquiera aunque parezca un documento oficial, acuñado y firmado por el mismísimo ministro de salud de las Naciones Unidas –un cargo que no existe, pero que podrían inventar los bulos en cualquier momento.

Si todos hacemos lo que nos corresponde, la cuarentena podría ser breve. De lo contrario, nos esperan muchos meses de fobias y quizás de mayores incomodidades.

6 comentarios

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6 Respuestas a “10 mitos sobre el coronavirus

  1. Excelentes consejos. Y gracias por desenmascarar los bulos. Es tremenda la cantidad de tonterías que se dicen por ahí.

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  2. Jorge Ramón

    Gracias,Daína.-Lo compartiré con mis hijos.-Veo a la gente muy despreocupada con este virus,como si las consecuencias que se ven en
    China e Italia fueran cosa de juego.

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  3. Daína, perdona a tus congéneres. Los humanos somos una plaga primitiva que, como bien dices en tu blog, se comporta de una manera bastante tonta. Si lográsemos sobrevivir a las enfermedades, las guerras, o nuestra propia imbecilidad (que todo viene siendo lo mismo), tal vez en tres mil o cuatro mil años seamos algo mejores.

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  4. Miriam castillo

    Me parece encomiable toda esta investigación que aclara dudas de falsos comentarios.
    A raíz de esta pandemia todos se llena de falsos mitos, consejos inútiles.
    Vale esta aclaración detallada.
    Gracias por eso.

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  5. Gracias Amiga. Ya veo que estés muy informada.

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  6. Maritza Sanchez

    Muy bueno tu artículo. No es difícil seguir las medidas mas obvias.

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