Michio Kaku: Cómo será el mundo del futuro

Con su emblemática melena blanca, y tras incontables apariciones en programas de televisión, series de divulgación científica y documentales, Michio Kaku –físico norteamericano de origen japonés– es uno de los científicos más conocidos del mundo. Sus arriesgadas declaraciones futuristas y sus esfuerzos por divulgar aspectos de la tecnología y la ciencia actuales, que de otro modo quedarían fuera del alcance del público común, lo equiparan con Carl Sagan, el inolvidable escritor, astrofísico y narrador de la legendaria serie Cosmos. De hecho, Kaku ha venido a llenar el vacío que dejara su desaparecido colega.

Hace apenas un mes, el periódico español ABC  lo entrevistó con motivo de la publicación de su nuevo libro sobre predicciones científicas. ¿Cuáles de ellas serán las primeras en ocurrir? ¿Cuáles pueden verse ya en el horizonte? ¿Te atreves a hacer tus propios vaticinios?

Michio Kaku recibe a ABC en su despacho dentro del departamento de Física de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), donde imparte clases de Física Teórica. La pasión de Kaku por la ciencia nació de la rocambolesca combinación de influencias entre Flash Gordon y la muerte de Einstein. A pesar de haber dedicado su vida a la física y el estudio de la teoría de cuerdas, Kaku ha encontrado la fama como divulgador científico. En esta ocasión presenta su libro «La física del futuro», un viaje en forma de predicciones sobre el futuro de la tecnología y la ciencia hasta el amanecer del siglo XXII.

Su libro es una predicción de cómo será el mundo en el siglo próximo. ¿No es un poco pronto para una predicción así?

No. La gente que está inventando la tecnología que veremos en el futuro ya tienen prototipos. Para escribir este libro mi labor ha consistido en pedirle a esos mismos científicos que se imaginen el futuro y que me cuenten cuándo creen que estas tecnologías empezarán a aparecer en el mercado. Ellos ya tienen la tecnología y lo que hacen es proyectarla hacia el futuro. Por eso todas las predicciones que hice en «Visiones», el libro que publiqué en 1996, se cumplieron.

Una de las predicciones de las que habla es que conseguiremos reproducir artificialmente casi todos los órganos del cuerpo humano. ¿Qué pasará con el cerebro?

El cerebro es muy complicado. A corto plazo lo que haremos para rejuvenecerlo será inyectarle células madre que se le adherirán aleatoriamente. Tendremos que reaprender ciertas cosas, como montar en bicicleta, pero la ventaja es que expandirá nuestra memoria.

Si todos los órganos pudiesen ser artificiales, ajenos al malfuncionamiento o a enfermedades como el cáncer, ¿seremos inmortales?

Creo que nuestros nietos tendrán la opción de llegar a los 30 y parar el envejecimiento de sus cuerpos. Actualmente la investigación sobre el envejecimiento está dando buenos resultados. Poco a poco vamos descubriendo los genes responsables del envejecimiento. Cuando eso ocurra podremos arreglar esos genes. No voy a afirmar que tenemos la fuente de la juventud, pero ya hay muchas vías con las que conseguiremos expandir la esperanza de vida.

¿Pero podremos evitar morir?

Sí. Hay animales que no mueren de viejos, como algunos lagartos o tortugas marinas. Puede que acaben muriendo, pero no es por su edad. En zoológicos y otros entornos ideales no perecen. En su entorno natural fallecen por causas como accidentes, enfermedades o de inanición.

¿Hay alguna tecnología que según sus predicciones ya debería estar extendida, pero que aún no esté del todo desarrollada?

Para mí, una decepción ha sido la inteligencia artificial. Hay aspectos en los que hemos avanzado mucho, como en el desarrollo de máquinas con las que podemos comunicarnos; pero está siendo mucho más lento de lo que esperaba. Nuestros robots siguen sin tener conciencia ni poder pensar de manera independiente.

Durante siglos el hombre ha buscado la forma de hacer posible la telequinesia y el teletransporte. En su libro menciona que la telequinesia será un hecho pronto. ¿Qué pasa con el teletransporte?

Ya podemos teletransportar átomos y fotones, pero eso no son personas. Quizá dentro de una década consigamos teletransportar la primera molécula, como H2O o alguna similar. Pero el teletransporte real de un humano nos llevará siglos. Va a ser realmente difícil, probablemente porque somos muy grandes.

En su libro menciona que con el tiempo alcanzaremos una «civilización planetaria» capaz de aprovechar todos los recursos del planeta. ¿Es este modelo de civilización compatible con el sistema actual de países, fronteras y aduanas?

Mientras que tengamos que pagar impuestos para mantener el alcantarillado, el ejército, la Policía o cualquier otro servicio público, seguirá habiendo naciones y fronteras, pero el poder de estas naciones habrá disminuido enormemente. Veremos cómo las naciones se van quedando cada vez más obsoletas. El dinero viajará sin límites de fronteras y la política seguirá el camino del dinero formando bloques comerciales como NAFTA o la Unión Europea.

¿Cuál es el factor más decisivo a la hora de determinar el éxito o fracaso de una tecnología?

El factor esencial es el que he denominado «el principio del cavernícola». A grandes rasgos quiere decir que cualquier tecnología tendrá buena acogida si hay un paralelismo con cómo era la vida de los humanos en las cavernas. En las fogatas era donde una persona se informaba y, hoy, eso son Facebook y las redes sociales, pero multiplicado por un millón. Siempre confiaremos más en la información que nazca de la interacción humana. La explicación es que nuestra personalidad no ha cambiado desde hace más de 100.000 años.

En el año 2100 nuestros cinco sentidos estarán potenciados a través de la tecnología. ¿Si un ciudadano del siglo pasado nos viese, pensaría que somos personas o algún tipo de criatura fantástica?

Seremos como dioses. Una persona de 1900 nos vería como a un mago o a un brujo con nuestros cohetes e Internet. Pero cuando nosotros miremos a nuestros nietos, a finales de siglo, ellos serán como dioses griegos. Zeus podía mover objetos con su mente y nosotros también podremos. Venus tenía una salud y un cuerpo perfectos, y gracias a la terapia génica y al uso de recursos, como las células madre, nosotros también alcanzaremos ese nivel. Apolo podía viajar montado en carros volantes y nosotros conduciremos coches que vuelan. Pegaso era un animal que se podía crear a placer y nosotros crearemos nuevas especies y recuperaremos especies que creíamos extintas. El poder de la mente, el poder de crear vida, la longevidad… Tendremos todos los poderes propios de los dioses.

Usted ha afirmado que siente una especie de asombro infantil cada vez que reflexiona sobre el futuro. ¿Qué hay que hacer para que los niños se interesen por la ciencia y conseguir que alguien recoja el legado?

Todos nacemos científicos, preguntándonos por el universo, siendo curiosos. Cuando tenemos 10 años comenzamos a explorar, vamos al planetario, jugamos a los laboratorios. Pero eso va desapareciendo según entramos en la adolescencia. El presidente Barack Obama habló del «momento Sputnik», un instante en la Historia en el que el interés de la gente joven por la ciencia coge fuerzas. Yo tuve un «momento Sputnik» con el Sputnik. Entonces la gente me decía que mi deber era convertirte en un hombre de ciencia. Pero eso ya no existe. Hoy los mejores científicos proceden de China e India, mientras los americanos malgastan su tiempo en YouTube, bailando y pasándoselo bien.

Si en el futuro todo el conocimiento que necesitamos estará a un clic de distancia o podrá ser insertado en nuestros cerebros, al estilo «Mátrix», ¿para qué habrá que ir a la Universidad?

Pronto con pestañear tendremos acceso a toda la información sobre lo que estamos viendo gracias a nuestras lentillas. Pero cómo pensar, cómo crear estrategias y nuevas metas, eso seguirá requiriendo las habilidades que sólo un tutor, un ser humano, podrá transmitir. Y para eso habrá que seguir yendo a la universidad. La gente seguirá pagando por la interacción con los expertos que nos podrán enseñar a utilizar todas las herramientas a nuestra disposición.

5 comentarios

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5 Respuestas a “Michio Kaku: Cómo será el mundo del futuro

  1. Daína. Gracias por enviarme estos artículos. Espero me sirvan para escribir algo nuevo de ciencia-ficción.
    Un abrazo faterno.
    Antonio.

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  2. Para una soñadora del futuro, este artículo es una panacea. Gracias.

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  3. Maria Silvia

    Hay un «invento» que desde los anos 70-80 y hasta 90 del pasado siglo se veian en muchas peliculas ( ahora solo recuerdo el quinto elemento) y es el de los autos voladores, que los ubicaban no muy lejos del 2012 que vivimos y no creo que aparezcan en los proximos 10-20 anos, quizas por una razon muy importante y es la contaminacion ambiental o la superpoblacion, eso si seria de locos, aunque uno de los principales desafios es encontrar un sustituto al «petroleo contaminante»

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  4. Hola. Estoy muy impresionado por la información que viertes en tu blog. Soy un lector asiduo de Stephen Hawkins. Me parece muy bueno divulgar esta información. Muchas gracias.

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  5. Eduardo Delgado Camperos

    el poder del hombre no esta en lo que aprende con tutores,sino en la informacion que trae codificada para desarrollar en su cerebro.Todos pensamos de acuerdo al medio en que nos movamos.Si crees en Dios,como fuente creadora,la Biblia sera su dogma.Si crees en el Big Bang tu dogma sera las fuerzas electromagneticas que nos rigen,y, su poder creativo sera la ciencia

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