Ciencia ficción: a las puertas de una revolución global

Algo nuevo se está gestando en la ciencia ficción. Desde su nacimiento, diferentes movimientos crecieron para dar cabida a generaciones de autores que, aportando ideas y estilos diversos, consolidaron un género que ya es parte indisoluble de la literatura.

La CF ha atravesado las más diversas etapas, marcadas por tendencias temáticas: la Edad de Oro, la Nueva Ola, el Ciberpunk, el Steampunk… A decir verdad, tras la disolución de la Nueva Ola, y con la llegada del Ciberpunk, el género decayó un poco. No es que no se produjeran obras de calidad, sino que el número de autores destacados no tuvo comparación con los anteriores. Un repaso a los nombres anglosajones que marcaron esas épocas lo dice todo.

Edad de Oro: Se caracterizó por historias donde, con alguna excepción, las ciencias duras (física, astronomía, bioquímica, biología) eran el eje de la historia. No existía mucho énfasis en la psicología de los personajes, sino más bien en los conceptos, modelos y especulaciones acerca de la simbiosis ciencia-civilización. El estilo de escritura fue mayormente clásico o convencional. Sub-ramas como el space opera vieron la luz en esa época.

Autores: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Robert A. Heinlein, Alfred Bester, Ray Bradbury, Lester del Rey, Henry Kuttner, Frederick Pohl, Clifford D. Simak, Poul Anderson, Theodore Sturgeon, A.E. Van Vogt, C.L. Moore, Jack Vance, John Wyndham.

Ilustración de la novela «Crónicas marcianas», de Ray Bradbury.

Nueva Ola: Su sello fue la experimentación, tanto en forma como en contenido. Era fundamental el cuidado del estilo como herramienta narrativa. Se enfatizó la ciencia ficción suave, vinculada a las ciencias humanísticas y sus ramas (sociología, antropología, psicología, etnología) y aparecieron temáticas nuevas: feminismo, política, sexo. Las escritoras entraron de manera bien visible en esta etapa. Se establecieron cánones que retaron los anteriores, entre ellos, los cuestionamientos en el papel, función y comportamiento de los géneros masculino y femenino.

Autores: Ursula K. LeGuin, Samuel Ray Delany, Judith Merril, Poul Anderson, Fritz Leiber, Roger Zelazny, Philip K. Dick, Philip José Farmer, Joanna Russ, Robert Silverberg, Frank Herbert, J. G. Ballard, Brian Aldiss, Harlan Ellison, Norman Spinrad, James Tiptree Jr., Larry Niven.

Detalle de la portada de «La mano izquierda de la oscuridad», de Ursula K. Le Guin.

Ciberpunk: El nombre es una combinación de las palabras cibernética y punk. Se caracteriza por situar sus historias en un futuro cercano o inmediato, con una visión distópica. Sus escenarios son ciudades o centros urbanos superpoblados, generalmente tenebrosos, con barrios marginales aunque altamente tecnificados. Los temas giran alrededor de lo tecno: hackers, inteligencia artificial, ciborgs, megamonopolios… Un ejemplo visual perfecto de ciberpunk es la película Blade Runner.

Autores: William Gibson, Bruce Sterling, Neal Stephenson, Pat Cadigan.

Visión imaginaria de un París ciberpunk.

Steampunk: Su nombre es una combinación de steam (vapor) y punk. Esta modalidad desciende directamente de la ciencia ficción que inició Julio Verne y apela a una nostálgica tecnología primitiva. Suelen ser ucronías, es decir, realidades alternativas que muestran una Tierra que permanece en un período energético anterior a la electricidad, donde domina la máquina de vapor, aunque pueden existir tecnologías o inventos de aspecto y naturaleza rudimentarios. Su estética corresponde a la Inglaterra victoriana.

Autores: China Miéville, Tim Powers, K. W. Jeter, Michael Moorcock.

Estética del steampunk

En el anterior listado no están todos los autores de estas corrientes, incluso algunos pudieran incluirse en más de una categoría o época porque comenzaron a publicar en una y terminaron en otra, pero para quienes conocen la ciencia ficción a fondo es obvio que la mayor parte de sus obras clásicas vieron la luz entre los años 30 y 90 del siglo XX.

Debo confesar que mi propia afición por el género disminuyó un poco a partir de los años 90. Ni el ciberpunk ni el steampunk me entusiasmaron mucho. Reconozco que hay varias joyas en ambos, pero hablo en términos generales.

Este impasse súbito de la CF no ocurrió solamente en los países anglosajones, que desde sus inicios aportaron el mayor número de obras y de escritores. La CF también sufrió un súbito bajón de calidad y cantidad en el resto del mundo. En México, por ejemplo, uno de los tres países latinoamericanos que, junto con Argentina y Cuba, ha estado siempre citado entre los tres más prolíficos, ocurrió algo similar.

En el prólogo de su antología Tenocktitlán: 30 visiones de la ciencia ficción mexicana, Federico Schaffler, dice: “Algo pasó en el movimiento de la ciencia ficción mexicana que detuvo la impetuosa marcha que tuviera a finales de los ochenta y en los años 90, así como en los primeros años de la década siguiente”, para luego referirse al surgimiento de nuevas voces que recoge en esa colección de 2015, y cuyo prólogo titula acertadamente “Retomando el futuro”.

La CF cubana pasó por un período parecido. Durante dos décadas (de 1990 a 2010) gran parte de las obras de CF publicadas denotaban una especie de cansancio o estancamiento en sus temas y en la forma de abordarlos. Hubo excepciones, como en todo, pero ha sido en la segunda década del milenio cuando he visto aparecer textos –específicamente cuentos, algunos de considerable extensión– que muestran una nueva camada de ideas –o formas de tratarlas– más novedosas que en las dos  décadas anteriores.

No es la razón de este post profundizar en las causas de semejante estancamiento, pero sospecho que esa declinación global pudo tener sus raíces en la percepción anímica que produjo el cambio de milenio. Muchas veces se subvalora el peso de la psicología humana en la historia y en el arte. Los críticos y los académicos prefieren lidiar con el análisis de las obras que con las razones de sus orígenes.

Quizás porque soy hija de psicóloga, y mis lecturas de adolescencia se alternaron con Freud, Piaget, Adler, Mead, y otros estudiosos del comportamiento humano, siempre me detengo, incluso cuando escribo mis propias obras de ficción, a evaluar el peso de los factores ambientales en la psicología humana. Creo que el salto entre milenios provocó una toma de conciencia, a partir de un «listado de logros y fracasos», que condujo a una modificación de perspectivas sobre nuestro papel como especie inteligente. (Casi estuve tentada a colocar la palabra inteligente entre comillas). Repasar lo que hemos ganado y lo que hemos perdido, como especie biológica pensante, fue un tema reiterado en la prensa y en las reflexiones académicas o personales durante las dos décadas que separaron ambos milenios.

Desde entonces hemos visto un cambio de paradigmas sociales y políticos que acompañan a una nueva generación que recibe el nombre de millennial, a la cual no creo que solo pertenezcan quienes nacieron en las dos últimas décadas del siglo pasado, sino todas aquellas personas, cualesquiera sea su edad, que se han insertado mental y anímicamente en las corrientes del milenio. Son aquellas preocupadas por el inminente cambio climático y el peligro de la extinción masiva de especies, las que siguen los descubrimientos de planetas habitables y la inmediata colonización de Marte, las que se habitúan a la convivencia cada vez mayor con robots y equipos electromésticos inteligentes en las casas…

Millennials: Eco-conscientes.

Hemos padecido –y muchos siguen sufriendo, porque no pueden adaptarse del todo– un reajuste a nivel emocional y psíquico frente a las nuevas tecnologías y su impacto sobre el medio ambiente y el propio ser humano. Sospecho que ha sido ese período de reflexión lo que condujo a una parálisis parcial en la ciencia ficción —un género que se caracteriza por reflejar y analizar los cambios filosóficos, políticos y biológicos de nuestra civilización. Esa inseguridad psicológica pudo ser la causa principal del letargo –una suerte de hibernación– que necesitábamos para evaluar los nuevos paradigmas, antes de someterlos a un enfoque diferente.

Las ideas anteriores han ido naciendo a lo largo de los últimos meses, mientras leía numerosas novelas y antologías que agrupaban lo más reciente del género, provenientes de diversas latitudes, idiomas y culturas. No puedo apartar la certeza de que estamos ante un renacimiento del género. Lo que se está escribiendo ahora es muy diferente a la CF que se hizo en décadas pasadas. Filmes como Interstellar (2014), Arrival (2016), y en menor escala Avatar (2004), también podrían ejemplificar el inicio de esta nueva concepción a nivel cinematográfico. Y no me refiero a la forma –incluyendo los efectos especiales–, sino al contenido.

Plano del filme «Arrival» (La llegada), 2016

Este recuento donde he bosquejado algunas definiciones y clasificaciones tiene un objetivo. En las próximas semanas escribiré sobre algunas de esas recientes antologías que me han hecho reflexionar sobre estos cambios. Por ello he querido familiarizar a los lectores con ciertos términos.

De paso, ofreceré alternativas de buenas lecturas para quienes suelen pedírmelo por las redes sociales y, si existen, trataré de incluir los enlaces a los sitios de compra. Quienes deseen estar al tanto de estos artículos pueden seguir o inscribirse al blog. La primera reseña saldrá dentro de unos días.

5 comentarios

Archivado bajo Ciencia Ficción, Crítica, Ecología, Lecturas, Literatura, Reseña

5 Respuestas a “Ciencia ficción: a las puertas de una revolución global

  1. ¡Hola Daína!
    Muy bueno e informativo tu post, como siempre. Me pregunto si podrías hacer un análisis similar pero enfocado sólo en la CF escrita en español, quizás concentrada en los tres países que mencionas (México, Cuba y Argentina…creo que en Chile hay también algunas joyitas) con autores y obras. Si existe esa información, debe andar desperdigada por ahí y sería tan útil para preparar una clase sobre el tema.
    Abrazos desde Taos,

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    • Gracias por la sugerencia, Tere. Por el momento, como explicaba, voy a concentrarme en valorar y recomendar nuevos libros y autores a nivel global. Habrá de todas las latitudes, incluyendo Latinoamérica. Abrazos.

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  2. José A. Fernández

    Daína, gracias por tan buen comentario. Esperamos tu próxima publicación. Saludos.

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  3. Precisamente esas dos películas que mencionas: Interstellar y Arrival, son las que me han hecho recobrar la confianza en que la Ciencia Ficción “seria” vuelve a tomar carrerilla.
    Saludos.

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  4. Begoña Pérez Ruiz

    ¡Hola, Daína!
    Coincido bastante con todas las apreciaciones de tu artículo y me encanta la claridad y brevedad con que bosquejas el tema. Así que espero seguir leyendo los artículos que prometes y estar atenta a tus recomendaciones (especialmente si se trata de ci-fi latinoamericana actual, de la que conozco menos). Mil gracias. Un saludo

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