Las plataformas de entretenimiento por televisión han estado entre los recursos más socorridos para paliar nuestra salud mental en medio de la pandemia. Muchos amigos y familiares, tras quejarse de cuán hartos están del encierro, terminan diciendo cosas como «Menos mal que existe Netflix». Tienen razón. Y menos mal que existen los buenos guionistas y los buenos actores de tantos países que, gracias a estos sitios, ahora se encuentran al alcance de todo el planeta. También celebro que esas plataformas sean conscientes de la globalidad de su público y hayan comenzado a realizar filmes y series originales de diversas culturas, y no solo de la anglosajona, que hasta el momento había sido la norma de sus producciones.
De este modo llega Suburra, sangre en Roma, la primera serie de Netflix realizada originalmente en italiano, con personal técnico de ese país. Suburra (también Subura) es el nombre de una zona o suburbio de Roma que data de los tiempos del antiguo imperio y que hoy es parte del patrimonio histórico italiano. En sus calles se desarrolla buena parte de la trama, cuyos principales ingredientes temáticos son: el mundo de los gitanos italianos (conocidos como sinti), la mafia, los sobornos políticos y la corrupción en las altas esferas del Vaticano. Cualquiera de ellos, por sí solo, daría material para un guion interesante, pero unidos se convierten en un material explosivo, gracias a la combinación de actuaciones, guion, banda sonora y una fotografía en función de abundantes primeros planos para los actores, sin desdeñar espectaculares vistas de la arquitectura romana tomadas desde ángulos novedosos.
Pero, sin duda, lo más atractivo de la serie son sus personajes. Desde los protagónicos hasta los secundarios, todos son caracteres verdaderamente sui generis que no copian ni repiten clichés conocidos de otras series con temas semejantes. Cada uno es sorprendentemente único y complejo.
Con tres temporadas, para un total de 24 episodios hablados en italiano y sinti, los dos primeros capítulos sirven de introducción a los diferentes mundos que van camino a colisionar. Una vez que se desencadenan los conflictos, ya no hay manera de escapar a su embrujo.
Suburra –una especie de Juego de Tronos contemporáneo, donde la lucha por el poder se desenvuelve en giros que sorprenden a cada paso– pertenece a ese selecto grupo de series adictivas que hacen que, al finalizar cada capítulo, dejemos que el ícono de descarga siga corriendo para llegar al siguiente y ver al menos el comienzo de lo que sigue. Por culpa de ese impulso me dieron varias veces las 2 y 3 de la mañana.
Les recomiendo que vean los episodios en italiano, su idioma original. Para eso se hacen los subtítulos. Las actuaciones pierden en los doblajes, por buenos que sean.
Esta serie se ha convertido en una de mis favoritas de todas las que he visto en la historia de Netflix. Sin duda, está al mismo nivel de joyas como Breaking Bad, The Queen’s Gambit (Gambito de Dama), Peaky Blinders, The Umbrella Academy, Ozark y The English Game (Un juego de caballeros)… Y si no han visto algunas de estas, tampoco se las pierdan.
La voy a buscar. Siempre recomiendas cosas interesantes. Cariños desde Nuevo México.
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