Comparto con ustedes la entrevista que EFE me hizo la semana pasada y que ya ha sido reproducida en varios diarios del mundo.
Aclaro que el título con el que salió en muchas partes («La cubana Daína Chaviano dice que escribe libros por gusto, no por publicarlos») no es lo que dije en la entrevista, como comprobarán los que lean el texto. Pero como trabajé muchos años en prensa, sé que no son los propios periodistas quienes determinan los títulos de sus artículos, sino los redactores de mesa, los editores o los jefes de sección, respondiendo a razones de espacio. El trabajo en una agencia noticiosa es muy rápido y a veces ocurren estos deslices.
Por supuesto que escribo para ser publicada. Mi respuesta a la pregunta de cómo lidiaba con el hecho de que mi libro Extraños testimonios (Huso Editorial) estuviera 25 años engavetado antes de ser publicado, porque las editoriales prefieren las novelas y no los libros de cuentos, aparece en la entrevista: escribo siguiendo mis propias necesidades como creadora, es decir, por el placer que me produce escribir, no por lo que pida el mercado.
Con esa aclaración, les copio el artículo de EFE. Gracias al periodista Jorge Ignacio Pérez.

EFE – Jorge Ignacio Pérez
La escritora cubana Daína Chaviano, que publicará el próximo año una novela en la que trabajó durante diez años, dice que escribe “por necesidad personal y no por razones de mercado”.
“Si alguno de mis libros no cumple con las reglas de la demanda comercial y se queda engavetado durante 25 años, no me preocupo ni me lamento. Me pongo a escribir el siguiente”, aseveró en una entrevista.
La creadora de mundos fantásticos, que en 2006 atrapó lectores de todo el orbe con su novela histórica La isla de los amores infinitos (Grijalbo, España, traducida a 26 idiomas), no siente la presión del tiempo.
Por ello, se demoró diez años su nueva novela, que ella clasifica como un “thriller histórico”, aunque también contiene “elementos mitológicos, políticos, paranormales y mágico-chamánicos”.
“Se desarrolla en dos tramas paralelas: una que transcurre en un futuro próximo, situado a veinte o treinta años del presente, y otra situada en el pasado, cinco siglos atrás”, matizó.

Ya estoy en vísperas de viaje rumbo a la Madre Patria, como llamamos los cubanos al país que nos moldeó como nación en la época moderna, porque si en Cuba acostumbramos a decir que «quien no tiene de congo, tiene de carabalí», en referencia al ineludible mestizaje africano que corre por las venas de muchos cubanos que se consideran blancos, también sería bueno recordar de vez en cuando que allí «quien no tiene de gallego, tiene de catalán» o «quien no tiene de canario, tiene de andaluz», o cualquier otra mezcla alusiva a las diversas regiones de donde estuvieron llegando españoles para asentarse en la Perla de las Antillas, desde 1492 hasta 1959.

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