Lucrecia quiere decir perfidia: un thriller distinto

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Una de las ventajas de haber leído mucho durante toda una vida es también una gran desventaja; y es que el lector de tantas correrías se vuelve majadero, criticón, exigente, intolerante… En otras palabras, un lector veterano puede ser la peor pesadilla de cualquier escritor que no sea realmente bueno. Con solo leer el primer párrafo de una novela, ya puede ver o imaginar todos los defectos, todos los clichés y todas las argucias en que incurrirá su autor en las líneas que seguirán.

Aunque acabo de narrar lo anterior en tercera persona, es decir, como si no fuera conmigo, lo cierto es que hablo de experiencias personales. Debo reconocer que las novelas de género —aquellas que deben recurrir inevitablemente a ciertas normas difíciles de romper— son las que peor la pasan frente a mi exigente detector hemingwayano. Cada vez me resulta más difícil disfrutar de novelas policiacas o de ciencia ficción porque cuando muchos autores van, esta incontinente lectora de más de medio siglo ya viene de regreso.

Por eso agradezco doblemente cuando descubro, no ya una gran obra maestra (de las que cada vez andamos más escasos), sino una de esas pequeñas joyas, plenas de encanto, que nos otorgan lecturas de matices inesperados.

Y eso es precisamente lo que me ha ocurrido con Lucrecia quiere decir perfidia (Ediciones Bagua, 2015), de Chely Lima, una novela que por fuerza hay que situar dentro del género policiaco, pero cuya trama y desarrollo resultan totalmente profanos dentro de un género bastante rígido por su estructura.

Por un lado, el lector encontrará aquí todo cuando esperaría encontrar en un thriller. Se mantendrá ocupado intentando adivinar quién y por qué comete el asesinato… o mejor dicho, los asesinatos. Apostado tras el ojo de las indiscretas cerraduras, asistirá al desvelamiento de los secretos que sospechoso tras sospechoso parecen guardar, incluyendo historias pasadas y… bueno, no cuento más.

Pero lo que realmente servirá de trampa al incauto son los aspectos no convencionales que se integran al género en una deliciosa y delirante mezcla. Para empezar, contiene un ingrediente bastante raro en el género policiaco: el humor. En grandes dosis y de todos los colores: negro, blanco, verde, y de otros matices que no me atrevo ni a aventurar.

Por si fuera poco, la trama transcurre en una Habana más o menos contemporánea —durante los años ochenta, para ser más exactos—, pero a diferencia de otras novelas del género que se desarrollan bajo las circunstancias sociopolíticas que todos conocemos, en Lucrecia… no aparece (gran suspiro de alivio por parte de esta lectora) ningún oficial ni detective vinculado al Estado ni al oficialismo de la isla, como parte central de la investigación. De qué manera logra Chely Lima mantener la verosimilitud de una obra situada en la Cuba actual, sin que el héroe de la investigación sea la policía estatal, es ya suficiente motivo para recomendar esta novela imaginativa, perversa y, pese a su deuda con los clásicos, también rayana en lo sacrílego con respecto al género; un tour de force que —les aseguro— querrán leer y disfrutar más de una vez.

Disponible en:
Librerías Proteo
Ediciones Bagua

4 comentarios

Archivado bajo Contemporáneos, Lecturas, Reseña

4 Respuestas a “Lucrecia quiere decir perfidia: un thriller distinto

  1. Estupenda reseña que Ediciones Bagua agradece a Daina Chaviano.

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  2. Eddy Torres

    Leerte es volar sin alas…..

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  3. Y pronto, muy pronto en edición electrónica en una colaboración entre Eriginal Books y Ediciones Bagua

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