Existe una fascinación casi ancestral de los seres humanos, quizás proveniente de algún gen oculto, ante el espectáculo de los delfines saltando y jugando en su medio acuático. Y si alguno de ustedes ha tenido la suerte, como yo, de poder nadar con estas cristuras, pueden estar seguros de que esa fascinación se convertirá en una experiencia mística. Ahora bien, que los humanos puedan saltar y maniobrar en el agua como uno de ellos ha sido un sueño paralelo al mundo de la ciencia ficción… hasta ahora. Gracias a Frank Zapata, aficionado a los deportes acuáticos, este deseo es ya una realidad. Su invento, denominado Flypack, es un equipo que absorbe agua y la expulsa a propulsión. A diferencia de otros aparatos de propulsión hidráulica, en este equipo el agua sale por un mecanismo situado en la planta de los pies, lo que convierte al delfinauta (y me disculpan el neologismo que acabo de inventar) en un verdadero cetáceo humano, capaz de elevarse a mayor altura que el original.
Ese cohete acuático cuesta 6.500 dólares, que no parece un precio excesivo para lo novedoso que resulta, si bien el equipo necesita de un jet ski para adherir una manguera y conducir al delfín-humano.
En el siguiente video se muestra al inventor realizando una serie de piruetas agua-aire, que se convierten en imágenes casi perturbadoras por su onírico surrealismo. Les recomiendo que lo vean hasta el final porque cuando uno ya cree que el delfinatuta no podrá hacer piruetas más espectaculares, luego vuelve a sorprendernos.
Es algo increible, las imágenes son bellas, el invento o descubrimiento del Hombre es inagotable, porque la fuente del conocimiento lo es, no hay dudas de que el HOmbre es la mejor creacion de Dios. Qué lástima que luego vino el Diablo y lo echó a perder, pero aún es salvable, claro.
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