Suspenso en clave gallega

AireNegroHace algún tiempo cayó en mis manos, gracias a un amigo, la novela Aire negro, del escritor gallego Agustín Fernández Paz (Lugo, 1947). Me aseguró que era una excelente historia de suspenso, pero recibí la aclaración con desconfianza. Después de mis lecturas juveniles de Poe, Lovecraft, Deleth, Maupassant y otros clásicos del género, tenía la impresión de que los escritores contemporáneos habían abandonado el género, tal y como debería ser en su estado más puro y esencial, es decir, sin el auxilio de esa violencia repetitiva que, al parecer, es la muleta con que muchos autores parecen suplir la falta de imaginación para tramar una buena historia, sin acudir al facilismo constante de la agresión física contra sus personajes. Lejos de lo que había esperado, la lectura de esta obra me dejó una sensación de escalofriante hechizo que hacía muchos años no sentía.

Para empezar, se trata de una novela bastante corta (unas 170 páginas), clasificada como literatura juvenil. Ya esto me pareció un error colosal. Mientras la leía, experimenté ese cosquilleo de emoción que nos deja toda historia bien estructurada que, además, presenta una trama compleja y llena de elementos psicológicos y mitológicos perfectamente válidos para cualquier lector, ya sea joven o adulto. No digo que los más jóvenes no puedan o deban leerla. Simplemente pienso que este tipo de clasificación aleja a priori a un gran sector del público que disfrutaría enormemente con una obra semejante. Todo lector que admire a Lord Dunsany, Robert Bloch, Ambrose Bierce, Arthur Conan Doyle y a cualquiera de los escritores antes mencionados, agradecerán esta novela.

La trama –y no voy a revelar ningún detalle que pueda mermar su disfrute– gira en torno a un psiquiatra que tropieza con un caso clínico para el que nadie parece hallar solución. Se trata de una joven que, luego de haber culminado brillantemente sus estudios universitarios –licenciándose en Sociología y Periodismo–, es diagnosticada con un autismo traumático que nadie puede explicar y mucho menos curar. A través del diario de la joven, el doctor se embarca en una aventura donde se mezclan lo real y lo sobrenatural  para conocer los orígenes de ese temeroso retraimiento que la paciente muestra en sus momentos de lucidez.

Una de las aristas más sorprendentes de la novela, para quienes estamos acostumbrados a vincular géneros con entornos culturales específicos, es que se desarrolla en el más puro ambiente gallego; y esto hace que el libro resulte deliciosamente novedoso para el lector habitual de literatura gótica –acostumbrado al paisaje anglosajón– y, a la vez, más auténtico. Aunque leí la novela hace varios años, volví a ella hace poco… y sigue sin defraudarme. Se trata de una obra que devuelve la esperanza de regresar a lo mejor del género de horror. Algunos dirán que existen novelas contemporáneas adscritas a él, pero las que he encontrado ensucian de sangre cada página; y el verdadero suspense, al menos como yo lo entiendo, debe contar con más inteligencia y mucha menos carnicería que aquellas, como ocurre con estos aires tenebrosos provenientes de la campiña gallega.

2 comentarios

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2 Respuestas a “Suspenso en clave gallega

  1. Suena muy interesante, la buscaré. Y tienes razón, esas clasificaciones más que ayudar, fastidian el mercado. ¿Por qué encasillar a tutilimundi?
    Cariños desde Taos,

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  2. Disculpe la intromisión. Tengo encomendado dejar un comentario en este blog para otorgarle un premio de parte de Eduardo Martos. Él no puede hacerlo porque, con casi total probabilidad, sigue encerrado en el sótano donde lo dejé.

    Reciba un cordial saludo,
    J.H.

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